Cementerio mediterráneo

Este paisaje tan idílico, como otros muchos de nuestro Mediterráneo, ha ejercido una seducción creciente sobre gran número de europeos, hoy turistas, ayer viajeros. Es nuestro mar, el mar de Ulises y su 'odisea' de vuelta a Itaca; el mar de Agamenón y los pueblos aqueos que navegaron de Argos a Ilión (Troya) dispuestos a vengar la infidelidad de Helena. Es nuestro mar, testigo de muchas guerras contra el turco, sarracenos y otros enemigos que siempre existen en la lógica patriarcal. Luego, con el tiempo, se nos fueron olvidando todos aquellos horrores y el Mediterráneo volvió a su placidez, a su belleza, a su clima delicioso... y a la explotación febril de todo eso. Millones de turistas abarrotan sus playas. Sin embargo, yo dudo que me vuelva a bañar en el Mediterráneo. Para mí es hoy un cementerio donde se siguen ahogando las víctimas de la guerra, de las mafias, de los gobiernos europeos; donde queda sepultada la humanidad de Europa, cuna del humanismo.

Si otra mucha gente siente lo mismo que yo, se hundirá el negocio turístico de las tranquilas aguas del Mediterráneo. Yo sólo veo muertos que me gritan desde sus profundidades turbulentas.