Señales de alarma
No se trata de ninguna tontería: el mundo camina hacia una regresión política, social y económica que reclamaría una llamada a la reacción consciente y rotunda. Otro gobierno sin mujeres, sin ninguna mujer, se ha configurado en Brasil después del de Tsiritza en Grecia. O sea, que da igual que se trate de gobiernos progresistas o conservadores. Los machos de la tribu se han cansado de lo políticamente correcto y no están dispuestos a compartir el espacio público con las mujeres, un espacio que siempre fue privativo de su género. Las mujeres a la casa, a lo doméstico, aunque ese doméstico se llame hoy la escuela, el hospital o la investigación, pero nada de representación política. Ha de quedar bien claro que el poder político y de representación es cosa de hombres. Es cosa de machos. Las mujeres pueden incluso aparecer en las listas de relleno, pero no tienen suficiente presencia ni voz ni fuerza. Pura delegación condescendiente en partidos que se llaman nuevos y jóvenes, pero que han nacido seniles.