La Ley de Murphy en acción
La ley de Murphy está basada en nuestra memoria selectiva, que, no sé por qué, recuerda mejor aquello que sale mal que aquello que fue bueno o neutro. Su enunciado dice: "Todo aquello que puede salir mal, saldrá mal", cuya primera comprobación se traduce en el conocido axioma de "la tostada siempre cae del lado de la mantequilla". Es lo que últimamente está pasando en política, en la que se hacen realidad nuestros peores sueños. Por no llevar la memoria demasiado atrás, me remito a algunos de los acontecimientos más sonados y que nadie esperaba. Primero fue el "Brexit", que parecía una broma, y que Cameron propuso sin pensar jamás que la salida del Reino Unido de la Unión Europea tuviera futuro alguno. Pues sí, lo tuvo, y hoy es una realidad que ha perjudicado a muchos. Después fue el "Tratado de paz en Colombia", que ofrecía acabar con la guerrilla más antigua de América Latina, acabar con más de medio siglo de miles de muertos, millones de desplazados, innumerables secuestros... Pues no, salió que no: increíble. Y ahí andan intentando arreglarlo, acomodarlo, consensuarlo. Lo último ha sido lo más sonado y lo que tenemos más presente, porque lo es. Y esto último no es sólo un "crescendo", sino un terremoto, un salto cuántico: Trump Presidente de los EUA. Trump, el arquetipo del machismo más soez, del racismo más obtuso, de la xenofobia más absurda o del anti-ecologismo más peligroso para la humanidad, sí, ése personaje es hoy el hombre más poderoso del mundo, votado por los ciudadanos.
Como soy una optimista radical, pienso más bien que "no hay mal que por bien no venga" y me consuelo esperando que todo esto nos haga reflexionar y cambiar muchas cosas de fondo. Tampoco en este país nos libramos de nuestra propia Ley de Murphy: la pesadilla de cuatro años más de PP. ¿Alguien creía que sería posible después de las Gürtel, las púnicas, las imputaciones miles? Pues sí: ahí está. ¿Qué está pasando en el mundo? Será que es verdad lo del Apocalipsis.