FIESTAS SOLSTICIALES
A las 11:45 de hoy 21 de diciembre entramos en el invierno, es decir, que cruzamos la frontera del solsticio y nos situamos en la nueva estación. El sol comienza a crecer en el horizonte y los días se van haciendo más largos paulatinamente. Como pueden imaginar, este día, para las sociedades agrarias de la antigüedad, era fundamental y motivo de grandes alegrías.
Digamos que era el broche de las Fiestas Saturnales, similar a nuestros carnavales, pero mucho más auténticas, ya que se daba la inversión real propia de la Edad de Saturno, aquella cuando la humanidad fue libre y feliz. Las saturnales celebran orgías catárticas que destruyen el orden imperante para volver al Caos primigenio y alumbrar un tiempo nuevo. La vuelta a la armonía sólo se alcanza por la vía de la inversión, por eso el poder, el sexo, el día y la noche se invierten y destruyen el orden establecido. Los esclavos sustituyen a los amos, los hombres se visten de mujeres y a la inversa, se vive de noche en orgías perpetuas y las ciudades se convierten en repúblicas burlescas.
La Saturnalia alcanza su zenit cuando los ejércitos eligen a su 'rey de burlas', que durante las fiestas podrá realizar todos sus deseos, todos, pero al final será sacrificado. Lo que celebran los ejércitos es el triunfo del Sol sobre las tinieblas, el día del 'Sol invictus' (victorioso o invencible) En ese día, el 25, se conmemora el NACIMIENTO DE LOS DIOSES SOLARES: Mithra, Osiris, Attis... y Jesús. Éste es quien llegó el último, pero salía rentable, pues era un día tan importante entre los paganos, que así se podría aprovechar el tirón. Da igual, es un día para la alegría. ¡FELIZ SOLSTICIO!