LA TERCERA BANDERA

He leído hoy en twitter algo muy bueno: "Cuando en ajedrez hay que mover al Rey es que la partida está a punto de perderse".

Bueno, es lo que ha hecho el PP ante el hecho catalán: primero les echaron a jueces y fiscales, luego se parapetaron detrás de la Policía y la Guardia Civil, y ahora mueven al Rey para que les lea su propio discurso.

Nunca pensé que entre las reivindicaciones prioritarias estuviera la declaración de la Tercera República Española, y menos en una situación económica y política tan grave como la actual. Pero ahora, después de ese mensaje real, empiezo a barruntar que la actual Monarquía tal vez no constituya un elemento adecuado de mediación ni de neutralidad. La insistencia en que sólo se pueden mover los peones dentro de la Constitución del 78 y la rigidez con la que defendió este principio, me hizo intuir que tal vez había llegado el momento, porque lo que estaba anunciando Felipe VI era la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, es decir, la suspensión de la Autonomía de Cataluña. No fue capaz de decir algo tan sensato como "Y si hay que reformar la Constitución, se reforma". Qué fácil. Un Estado tan católico como el nuestro ha olvidado aquel principio evangélico de "No se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre".

De pronto, entraba en liza una nueva bandera. Ya no son la española constitucional y la senyera. Ahora ha de entrar en juego una nueva (y vieja) bandera: la tricolor republicana.