LAS NUEVAS AMAZONAS
El programa de SALVADOS del pasado domingo, en el que Jordi Évole nos informaba sobre la situación de Siria en su combate contra el Estado Islámico, me evocó el supuesto mito de LAS AMAZONAS. Y digo supuesto porque son muchos los autores que niegan apasionadamente que existieran dichas amazonas como ejércitos de mujeres que combatían el nuevo orden patriarcal.
Marija Gimbutas documentó sobradamente, en sus investigaciones arqueológicas, la invasión hacia el sur de hordas indoeuropeas de pastores guerreros que impusieron sus leyes, sus dioses y la dominación del sexo masculino sobre una antigua civilización matriarcalista o gylánica, es decir, igualitaria, en la que la suprema divinidad era la Madre Naturaleza. Ante semejante invasión, grupos de mujeres se constituyeron como RESISTENCIA ARMADA ante aquella involución dominadora. Exactamente como han hecho las UNIDADES KURDAS DE PROTECCIÓN POPULAR (YPG) formadas por jóvenes solteras kurdas que eran secuestradas por el ISIS o nuevo Estado Islámico, que pretende arrastrar a dichas sociedades a su estricto y salvaje orden patriarcalista. Estas mujeres no aguantaban más la amenaza creciente de ser recluidas en sus casas a partir de matrimonios forzados o no. Han entendido que por ahí no viene su emancipación ni una vida digna.
El supuesto mito de las amazonas es recreado por antiguos historiadores griegos, entre cuyas historias destaca la de Pentesilea con su ejército de Amazonas, que acudieron a liberar la ciudad de Troya del ataque y asedio de los aqueos. Pues bien, entre el ejército de las mujeres kurdas también hemos tenido a nuestra Pentesilea, Asia Ramazan Antar, caída en combate contra ISIS como Pentesilea frente a Aquiles. Era conocida como la Angelina Jolie kurda, por su parecido, y fue abatida a los veintidos años. Sus compañeras siguen luchando y venciendo al ejército de ocupación.
Lo más curioso me pareció la entrevista con un joven pacifista español que había acudido a Siria para unirse a "la
REVOLUCIÓN FEMINISTA" de las mujeres kurdas. Literal. Y aviso para navegantes negacionistas del antiguo mito.