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A ESTE SEÑOR, ME LO RECUSAN


En este país, si eres mujer y te violan cinco energúmenos por todos tus orificios, resulta que no es violación, sino abuso sexual continuado. Nueve años. Llevan dos, y con los beneficios penitenciarios pueden estar en la calle en un año. Pero si te pegas con un policía sin ocasionar lesiones más importantes que las propias de una pelea de bar, te pueden caer hasta 60 años por delito de terrorismo. La policía está blindada, las mujeres, no. Los agravantes y los eximentes son de lo más significativos.

La policía recomienda que si entran en tu casa a robarte no debes resistirte, y eso es lo que hizo la chica cuando la violaron. Se dejó hacer pasivamente para no poner en riesgo su vida. Sin embargo, uno de los jueces del tribunal afirma en la sentencia que en ningún momento se ve en el vídeo, a la supuesta violada, atisbos de sufrimiento, dolor, miedo, descontento o desconcierto, sino, por el contrario, “lo que sugieren sus gestos, expresiones y los sonidos que emite es excitación sexual” (Sic)

¿Qué pasaría si en la sentencia del Altsasua uno de los jueces alegara que al policía se le veía de lo más contento y feliz en esa pelea tan excitante? Lógicamente pediría la libre absolución de los chavales que le habían proporcionado al poli una aventura tan de su gusto. Pues eso. Comparen.

Sólo quiero decirles que si alguna vez tienen que ir a juicio y les toca este señor juez, don Ricardo González, que lo recusen, por favor. Si llegas, claro, pues para demostrar que no estabas feliz con la violación tendrías que terminar como la pobre Nagore, que ya no puede contarlo por resistirse. Antes, la Iglesia la hubiera hecho santa, como a María Goretti. Ahora dirían que ibas con minifalda y que eres una depravada. Ah, y que te lo mereces.

Por fecha
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